El portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, reconoció que se utilizó la Base de Palmeroa -conocida oficinalmente como base aérea coronel José Enrique Soto Cano- en la expulsión del Presidente constitucional Manuel Zelaya, pero aclaró que el personal militar de su país no colaboró en esa acción.
La afirmación ocurre un día después que el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, aseguró que la escala en Palmerola fue para consultar a los estadunidenses.
“Ahí aparecieron oficiales yanquis que discutieron con militares hondureños y la orden fue llevarlo a Costa Rica porque no sabían qué hacer con él”, dijo Chávez.
También el presidente Daniel Ortega de Nicaragua –donde Zelaya ha fijado temporalmente su residencia– dijo el jueves que Estados Unidos colaboró en la expulsión hacia Costa Rica, cuyo mandatario, Óscar Arias, dice no haber sido notificado del ingreso del hondureño hasta que ya estaba en el aeropuerto de San José.
“En el trazado de ruta que hay de los vuelos que salen de Honduras hacia la región, aparece que el avión en el cual fue expulsado Zelaya” salió “de la base de Palmerola”, dijo Ortega.
El día de su expulsión, Zelaya informó haber sido trasladado al aeropuerto internacional de Tegucigalpa (Toncontín) y de ahí a una base militar. La base de Palmerola se encuentra en las inmediaciones de la ciudad de Comayagua, unos 70 kilómetros al noroeste de Tegucigalpa. El aeropuerto de San José, Costa Rica, se encuentra unos 800 kilómetros al sureste de la base de Palmerola.
Según Crowley, “el personal militar no estuvo involucrado en el vuelo que transportó al presidente Zelaya a Costa Rica el 28 de junio. Los miembros de la Fuerza de Tarea Bravo no tenían conocimiento ni colaboraron en las decisiones sobre el aterrizaje, el cargamento de combustible o el despegue”.
“La base Soto Cano pertenece a Honduras. Está dirigida y es operada por la fuerza aérea hondureña, y ellos deciden sobre su uso”, añadió Crowley.
Ahí están destacados unos 600 militares estadunidenses, entre ellos soldados, miembros de la fuerza aérea y marines, oficialmente ocupados en tareas de vigilancia antinarcóticos.
Tras la decisión del gobierno de Barack Obama de no reconocer al gobierno golpista hondureño, los militares en Soto Cano han cesado de colaborar en misiones conjuntas con los hondureños, informó Crowley, quien insistió en que el gobierno estadunidense no tenía “ninguna información por adelantado de lo que ocurrió” el día del golpe.
Crowley confirmó además que una delegación enviada por el gobierno del golpista Roberto Micheletti será recibida este martes por funcionarios del Departamento de Estado, por segunda ocasión en este mes.
La comisión se entrevistará con el secretario de Estado adjunto en funciones, Craig Kelly, quien según el vocero Crowley “continuará animando” a los representantes del gobierno de facto a aceptar las propuestas del mediador en la crisis política hondureña, el costarricense Óscar Arias.