Bayamo, Cuba, 10 nov (PL) Las lluvias del huracán Paloma reforzaron las reservas de agua del oriente de Cuba, donde hoy alivian presas que quedaron casi vacías durante la sequía de hace cuatro años.
Estos aguaceros beneficiaron a los embalses de varias provincias del oriente cubano, que ya habían sido favorecidas con las lluvias del devastador huracán Ike.
Los estragos ocasionados por Paloma fueron menores, gracias en gran medida a las labores preventivas desplegadas por autoridades locales para evitar inundaciones y controlar eventuales crecidas.
La extensa llanura del río Cauto, proclive a los desbordamientos, fue especialmente vigilada y sus habitantes evacuados para zonas seguras de la oriental provincia de Granma.
La presa Cauto, la mayor del territorio, quedó al 70 por ciento de su capacidad de llenado y tiene cobertura para recibir el vertimiento de otros embalses.
A su vez, los 12 millones de metros cúbicos de agua recuperados con Paloma son suficientes para encarar la inminente cosecha invernal de arroz.
En tanto, 21 embalses de la central provincia de Camagüey también alivian tras un meteoro que reportó menos precipitaciones que Ike, pero igual ocasionó intensos aguaceros en varias localidades.
Fuentes locales del Instituto de Nacional de Recursos Hidráulicos informaron que estas lluvias elevaron el acumulado del año a mil 327 milímetros, y la humedad en los suelos supera el 90 por ciento.
Asimismo, varios municipios de la norteña provincia de Holguín superaron sus promedios históricos de precipitaciones, pese a ser víctima recurrente de las sequías.
Según autoridades provinciales, los embalses de Holguín rondan el 93 por ciento de su capacidad, varios de ellos vierten y otros están bajo prevención hidrológica, ante eventuales desbordes.
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