WASHINGTON (AFP) — La cadena TV Martí, que durante casi 20 años ha transmitido información desde Estados Unidos a Cuba, con un costo total de 500 millones de dólares, tiene una audiencia ínfima en la isla y debería clausurarse, afirmaron el miércoles expertos en una presentación en el Congreso.
"TV Martí virtualmente no tiene audiencia en Cuba y tiene poca relevancia en el diálogo interno cubano acerca de la histórica transición política que está teniendo lugar", indicó John Nichols, profesor de Comunicaciones de la Universidad del estado de Pensilvania.
"El Congreso y el nuevo gobierno deberían cerrar TV Martí en la primera oportunidad", señaló el experto, en una audiencia en el Congreso durante la cual la oficina de contraloría gubernamental (GAO, por sus siglas en inglés) presentó un informe en el que afirma que la cadena adolece de múltiples fallos.
TV Martí comenzó a funcionar en marzo de 1990 como complemento de Radio Martí, una iniciativa aprobada por el Congreso estadounidense en 1983 bajo el gobierno de Ronald Reagan para transmitir hacia la isla y romper el "bloqueo informativo" del régimen comunista.
"¿Alguna vez escucharon de una estación de televisión que haya estado en el aire por 19 años y sobre la que todavía hay un debate sobre si su señal llega a un público?", se preguntó Philip Peters, del Instituto Lexington, ante la comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.
Peters recomendó dedicar los fondos de la cadena a Radio Martí, que a su juicio sí ha causado cierto impacto en la isla. "Hasta que TV Martí consiga una manera de sobreponerse a las leyes de la física, sus transmisiones no pueden verse en la isla sin la anuencia del gobierno de Cuba", dijo Nichols al identificar el principal problema: las autoridades cubanas interfieren la señal de la televisión.
"Investigaciones muestran que la audiencia (de la cadena) es pequeña", a pesar de los 500 millones de dólares invertidos en ella, admitió el informe de GAO. "En su forma actual, considero que TV Martí es un colosal desperdicio de dinero de los contribuyentes", afirmó el legislador demócrata Bill Delahunt.
Consideró que en el contexto actual en el que el gobierno del presidente Barack Obama ha mostrado apertura y deseo de dialogar con Cuba, no tiene sentido mantener esas transmisiones. El gobierno de Obama levantó las restricciones a viajes y envío de remesas de cubanoestadounidenses a la isla, y anunció que iniciará un diálogo sobre migración con el régimen castrista.
Pero otros legisladores en la audiencia advirtieron contra la cancelación de TV o Radio Martí. Eliminar estas transmisiones "le hace un flaco servicio al pueblo de Cuba", dijo el legislador republicano Connie Mack, al señalar que no confía en sondeos hechos desde Estados Unidos con llamadas a hogares en La Habana, que revelan que menos del 1% de la población ve TV Martí, porque podrían estar sesgados por el temor de las personas a admitir que ven el canal.
TV Martí "no posee un plan estratégico" y sufre de "baja moral de los empleados y denuncias de fraude y abusos", dijo en la audiencia Jess Ford, representante de GAO. La cadena también tiene un nivel deficiente de estándares periodísticos, como falta de objetividad, e incumple leyes internas de Estados Unidos, ya que se ve dentro del país a pesar de que no debería, e internacionales, ya que interfiere con señales cubanas, agregó Ford.
Según fuentes internas de Radio y TV Martí consultadas por la AFP, se espera este año un recorte del 20% de la plantilla total de 160 personas que engloba a ambos medios.
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